La calle

Rosendo en Tenerife: la despedida del maestro

Santa Cruz de Tenerife acogió anoche un electrizante concierto de rock, protagonizado por uno de los pioneros del género en España: Rosendo Mercado. Su gira de despedida “Mi tiempo, señorías” le llevó al Quico Cabrera, donde el público esperaba ansioso su subida al escenario.

Había que llenar el lugar y dar ambiente, y eso es lo que hicieron Ansiolíticos Rock. Un recorrido por algunos de los temas más icónicos del rock español y mucha garra para abonar el terreno. 

Ansiolíticos Rock - Rosendo en Tenerife

Se apagaban las luces y saltaba Rosendo al escenario. Lo hizo como suele: sin muchos aspavientos y con ese aura de profesionalidad que le caracteriza. Comprobó, se giró, y comenzó a hacer lo que mejor sabe, demostrando que a sus 65 tacos sigue “aguantando el tipo” como nadie. 

Rosendo en Tenerife

Acompañado por Mariano Montero en la batería y Rafa J. Vegas en el bajo eléctrico, el concierto rezumaba tintes de rock clásico a raudales. Solo un tipo del nivel de Rosendo puede ser capaz de hacer tanto ruido armado con una guitarra eléctrica y sin el apoyo de otro guitarrista. Pero lo hizo, como siempre, a puro golpe de riff, con algunos de sus solos más reconocidos interpretados sin mácula. 

Quiso hacer un recorrido musical por algunos temas de sus orígenes (como Cada día), alternándolos con éxitos más recientes como Soy o Vergüenza torera, e incorporando un cañero homenaje a Antonio Flores con una versión del No dudaría al más puro estilo Rosendo. 

Parecía que se nos marchaba el profesor para Carabanchel “Navegando” a través del Atlántico. Las luces se apagaban dejando un sabor agridulce en el público, que reclamaba más Rosendo. 

Rosendo en Tenerife

Y retornó, por supuesto, por todo lo alto. Sus grandes éxitos no podían estar ausentes en su gira de despedida, y el pabellón reventó en los que deben ser los últimos temas que interprete en Canarias. Loco por incordiar, Rosendo nos mostró que tiene una manera de vivir especial, que siempre anda flojo de pantalón pero agradecido. Y qué agradecimiento el del público, con 2000 fieles coreando todos y cada uno de los temas. 

El incombustible y transgresor rockero de Carabanchel, con más canas que antes pero con el mismo espíritu combativo, se nos marcha por la puerta grande. 

Salud y rocanrol, maestro. 

Rosendo en Tenerife

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